Hay que tener mucho tiempo libre para dedicarse a escuchar nuevas propuestas musicales, o estar acostumbrado a tener un sin fin de ventanas abiertas y dejar que el viento Internet lleve tu vela a buen puerto. Yo lo dejo, dejo que me lleve, aunque a veces soy yo quien cambia el rumbo.
Como cuando era niña, intento descubrir, abrir la cajita de sorpresas y encontrar proyectos que están a punto de madurez y que en cualquier momento caerán del árbol. Me pongo con las manos abiertas, a la sombra de las ramas, para recibir el fruto y saborearlo.
Y encuentro sabiduría como la de Natalia Ponso:
"Nada se desentiende cuando uno aprende a relacionar."
Y encuentro vanguardia con Haciendo el mal, tienen que visitar su página, es lo más: http://haciendoelmal.mx/
Ambas propuestas latinoamericanas de raíces firmes, que revelan la influencia de ritmos populares detrás de sus hojas. Frutos coloridos y brillantes. Letras dulces y profundas que van apareciendo entre voces de seda.
Haciendo el mal con su disco homónimo y su toque a lo Au revoir Simone en un estilo que Paulina Lasa (su fundadora) clasifica como post-folk. Las cortinas de un bosque lleno de atmósferas con el mar de fondo. Letras de amor, desamor, crecimiento, aprendizaje, vida. Y un sorpresivo cambio en la última canción que me recuerda al más puro indie español.
Natalia Ponso con su brillante guitarra criolla y sus fábulas intimistas, nos presenta El monstruo. Amistad, fuerza interior, reflexión, aceptación, superación. Desde el espejo, Natalia y su monstruo nos preguntan: "¿Qué pasa si no siento el miedo a resistir la pendiente?."
Música para aliviar el colapso hormonal, música para cerrar los ojos y llorar. Música para abrirse y contemplar.
P.D. Para descargar el disco de Natalia:
http://www.fuegoamigodiscos.com.ar/artistanataliap.html